Corrupción, terrorismo y titulares informativos

Erre que erre. Sigo con lo mío.

Un titular como el que comentábamos ayer tiene un grave problema semántico (si es que los problemas pueden ser de ese tipo). Y es un error que se da mucho en periodismo así que me parece un buen ejemplo para el estudio.

Todo se entiende mejor, como casi siempre, cuando acudimos a la fuente primigenia.

¿Cómo era exactamente la pregunta del barómetro del CIS? Textualmente así (p.8):

Pregunta 7
¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero?

Por contra, el titular en cuestión (recordemos, en portada ayer del periódico: «Los políticos preocupan más que el terrorismo…») hablaba de preocupación y no de problema.

Preocupación aquí es un estado de ánimo y problema es nombre dado a una cosa o a una situación concreta. Sin entrar en definiciones académicas, prefiero poner un ejemplo creo que claro.

Supongamos que tengo un problema con una plaga de ratas en mi vivienda. Tengo otros obviamente pero este es un problemón y me preocupa porque además las pécoras han atacado a miembros de mi familia, incluidos niños. Llamo a un desratizador y me libra de ellas. Respiro, aliviado, y me pongo con el resto de mis, ahora sí, preocupaciones. Descubro que la criada que limpia en casa me está sisando. Monto en cólera y si me preguntan: ¿cuál es tu principal problema actual? Diré por supuesto que mi chacha; pero si me dicen que entonces me preocupan más los latrocinios de la doncella que el hecho de que mis hijos sean mordidos por ratas, diré que nones, porque eso no es así.

Repetimos:

El País 4 del 11 de 2009

«Los políticos preocupan más que el terrorismo…»

En este titular se deslizan ambigüedades que no deberían darse en un periódico y en un tema tan serio.

Primero, es una encuesta, segundo, es una interpretación de una encuesta, tercero, tiene un fuerte componente coyuntural.

Luego están las intenciones. Y ahí sí que me la juego. ¿Qué intención tuvo el portadista para elegir esa comparación tan forzada? ¿Por demagogia? ¿Para vender más? ¿Por sensacionalismo? ¿Fue un despiste? ¿Nadie se paró a pensar? Ah… como decía la copla, misterios del cuelpo humano, en los que yo no me voy a meter hoy.

Sólo quería demostrar aquí que el lenguaje debe usarse en periodismo como pieza de un mecanismo de marca cara: de esos en los que sólo valen los repuestos originales.

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